Asamblea Unidos por el Río de Vicente Lopez / Luchas Territoriales : Controversias en torno a la construcción de un vial costero.

Trabajo de investigación social de Margarita Robertazzi, Marcela Cazes, Claudia Bazán y Lidia Pertierra sobre una de las luchas emblemáticas contra el extractivismo urbano.

Pospandemia11/02/2016 Margarita Robertazzi, Marcela Cazes, Claudia Bazán

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Resumen

Se presentan resultados elaborados en el marco del proyecto "Luchas por y en el territorio: fronteras en movimiento y prácticas de ciudadanía" de la Programación Científica UBACyT 2011-2014. Sus objetivos generales son:  1) explorar y describir las necesidades sentidas por personas y grupos que participan en las luchas de movimientos socioterritoriales y socioespaciales;  2) identificar ausencia/presencia y modalidad de efectos discursivos, así como comportamientos  discriminatorios en políticas públicas orientadas a la cobertura de derechos sociales y su eventual modo de regulación de los conflictos.

El método y las principales técnicas son cualitativos; el diseño es un estudio de casos múltiples seleccionados intencionalmente en función de los objetivos propuestos. En el caso de la Asamblea "Unidos por el río" en el Partido de Vicente López, opositora a la construcción del Vial Costero y en defensa de la costa del río, se analizan dos discursos enfrentados: el de la Presidenta de la Nación y el de una vecina que responde a su discurso.

 Introducción

La investigación que sirve de marco a este artículo hunde sus raíces en las luchas que llevó a cabo la clase trabajadora para recuperar sus propias empresas y que se hicieron visibles en el contexto de la crisis económica del 2001/20021 , luchas que no pueden ser escindidas de las que históricamente realizó el movimiento obrero. Los primeros proyectos analizaron las empresas recuperadas por sus trabajadores/as (ERT), tarea reconstructiva y crítica que dio como resultado distintas versiones de las historias colectivas, en las que se analizaron desde una psicología social histórica los procesos psicosociales, psicopolíticos y psicoculturales desplegados durante la apropiación de la fuente de trabajo. A partir de ahí se elaboraron tres categorías que permitieron pensar distintos efectos de subjetividad frente al fenómeno de la recuperación de empresas: mesianismo,   fatalismo / conformismo y opciones críticas.

En los años subsiguientes, el mundo de las personas que trabajan comenzó a estabilizarse, al menos temporal y superficialmente, pero de todos modos, aún hoy queda planteado el desafío de construir un sistema económico social más justo, y no solo para las ERT (Murúa, 2011). Paralelamente, el problema de la vivienda fue adquiriendo cada vez más espacio en la escena pública y los medios de comunicación de masas. De ahí que las nuevas investigaciones se ocuparan del trabajo y la vivienda, dos fenómenos producto de iguales condiciones macroeconómicas que afectan, directa y especialmente, a los grupos vulnerabilizados. La fuente de trabajo y el espacio habitado -en los que sostener y reproducir la vida, principio ético por excelencia (Dussel, 1998)- tienen consecuencias fundamentales para la satisfacción/realización personal y psicosocial, y sus opuestos: insatisfacción/frustración.

La Programación UBACyT 2008-2010 exploró las problemáticas del hábitat y la subjetividad. Fue de especial interés indagar si las categorías observadas en los procesos de recuperación de empresas eran también pertinentes para analizar los modos preponderantes de subjetivación en las luchas por una vivienda digna. Sin embargo, no fue posible aplicar sin más las categorías elaboradas para el análisis de las ERT a las cooperativas de vivienda: las"opciones críticas" eran pocas. Es más, el trabajo de campo mostró que algunos casos, hipotéticamente incluidos en esa categoría, cayeron en el fatalismo y, uno en particular, en la fatalidad (Robertazzi, Ferrari, Pertierra & Siedl, 2010).

La nueva investigación de la Programación Científica UBACyT 2011-2014, titulada "Luchas por y en el territorio: fronteras en movimiento y prácticas de ciudadanía"2, busca profundizar en el análisis de las continuidades y los nuevos emergentes psicosociales frente a los dos fenómenos planteados: trabajo y hábitat. Ambos se entrecruzan y complejizan mutuamente, no solo porque la probabilidad de que aquellas personas que tienen condiciones laborales precarias también tengan vulnerado su derecho a la vivienda, sino también porque el hábitat, en un sentido amplio, es el contexto ecológico donde se despliega el trabajo y la vida cotidiana, las exclusiones e inclusiones, y donde -como se verá en el análisis- se juegan las relaciones de poder entre distintos sectores sociales.

 Al mismo tiempo, concibe a la vivienda como un elemento más del espacio urbano, eje de la actual investigación, que implica tanto al ámbito geográfico, a la ciudad; como a los efectores de políticas públicas -el gobierno, las Organizaciones no Gubernamentales (ONG)-; como a los usuarios, quienes la habitan (Bazán & Siedl, 2011). Por lo tanto el concepto de hábitat se amplía dando lugar al tratamiento no solo de las cuestiones habitacionales, el derecho a la vivienda, sino a una conceptualización en la que se entrecruzan los términos: espacio; espacio vital; territorio; hábitat y habitar, entre otros.

Desde la psicología social debe considerarse al espacio no solo como el lugar geográfico, sino que es indispensable incluir el apego al lugar, la identidad social urbana y el espacio simbólico: categorías que remiten a la interacción humana y otorgan signiicado a la realidad. El individuo se hace a sí mismo en un contexto geográico, histórico y socio-cultural; de este modo, al mismo tiempo que deja su huella sobre el entorno a través de su acción, se convierte en actor de su propia transformación (Vidal Moranta & Pol Urrutia, 2005).

La actual investigación propone, entonces, estudiar los sufrimientos y los procesos de resistencia y fortalecimiento subjetivos e intersubjetivos producidos a partir de la devastación de los hábitats humanos, ya sean naturales o construidos, por tanto incorpora problemáticas ecológicas o del medio ambiente y las de la construcción de la sostenibilidad (Sennett, 2009). Los espacios/territorios a estudiar son aquellos en que se produce un entrelazamiento de relaciones sociales asimétricas caracterizadas por intercambios (económicos y culturales, entre otros) dramáticamente desiguales.

Especíicamente, en este artículo, se desarrolla uno de los casos estudiados: la resistencia de la vecindad del Partido de Vicente López a la construcción del Vial Costero, escenario en el que distintos actores sociales disputan por un patrimonio: la costa del río.

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Objetivos y método 

La investigación se realiza en torno a dos objetivos generales: 1) explorar y describir las necesidades sentidas por personas y grupos que toman parte en las luchas de movimientos socioterritoriales y socioespaciales, enfocando especialmente en aquello que permanece aún cuando se transforma; 2) identificar ausencia/presencia y modalidad de efectos discursivos, así como comportamientos discriminatorios y estigmatizantes en políticas públicas orientadas a la cobertura de derechos sociales y su eventual modo de regulación de los conlictos socioterritoriales y socioespaciales.

El tipo de estudio es exploratorio-descriptivo; el diseño es participativo y con características de apertura y lexibilidad (Montero, 2006). Consiste, entonces, en trabajar sobre casos múltiples intencionalmente seleccionados3 (Archenti, 2007; Bonet, Khoury & Robertazzi, 2007; Stake, 1998) que se ajusten a los objetivos de la investigación. En consonancia con la revalorización de una epistemología del sur, como propone De Sousa Santos (2009, p. 21), bien podrían denominarse "pasajes temáticos", para oponerse así a la concepción de objetos teóricos estancados. El método y las principales técnicas que se administran son cualitativos: estrategias conversacionales, observacionales y documentales. Se instrumentará la metodología de Investigación-Acción Participativa (Montero, 2004, 2006; Sirvent, 1999), en todos los casos que resulte posible, aquel lo que la Psicología Social Comunitaria denomina "investigación en la transformación"4 (tanto de agentes internos como externos), es decir, un proceso de indagación reflexiva basado en el concepto de praxis.

Se utiliza un modelo relacional que evita el individualismo metodológico y el fraccionamiento analítico, que permite situar, además, políticas públicas; discursos oficiales; estructuras y experiencias; economía y Estado; como"objetos empíricos principales" (Auyero, 2001, p.28). Las técnicas (entrevistas y observaciones etnográficas participativas, individuales y colectivas; relatos de vida; focus groups; análisis documental) no están prediseñadas, son un producto a construir y enriquecer en el diálogo con los participantes.

 Según Arfuch (2010), lo más propio de la entrevista -podría agregarse, de todo tipo de estrategia dialógica- consiste en poner en palabras y en sentido las experiencias y los sentimientos, comprendiendo la diferencia irreductible con el otro. Esta posición ética evoca la episteme de la relación, e incluso la episteme popular, propuestas por la Psicología Social Latinoamericana, las que implican un cambio en la ontología -puesto que el ser solo es en relación- así como la afirmación de una postura ética y política (Montero, 2004, 2006).

Las técnicas que se administran proporcionan discursos provenientes de relatos grabados, videograbados y transcriptos, así como de diarios de campo (registro de observaciones etnográicas), o de fuentes secundarias (textos comunicativos). Los datos textuales se elaboran mediante análisis de contenido (Bardin, 1986) y análisis crítico del discurso (Iñiguez Rueda, 2003; van Dijk, 2005). La perspectiva de una psicología política, discursiva y crítica apunta a elucidar el conjunto de prácticas lingüísticas que mantienen y/o promueven transformaciones en las acciones y relaciones socioespaciales y socioterritoriales.

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Utilización, semiotización y politización del espacio

El análisis de la dimensión espacial resultó fecundo ya en las primeras indagaciones realizadas por este equipo de investigación en ERT, las que se caracterizan por algún tipo de reconstrucción del hábitat. Dado que los establecimientos fabriles son un ámbito apropiado para que allí se desplieguen las funciones instituidas, al instalarse el conflicto típico del proceso de apropiación de la fuente de trabajo, la elaboración de categorías espaciales tales como: adentro/afuera; atrás/adelante; arriba/abajo (por mencionar solo las más generales), permitieron y permiten comprender procesos de transformación y permanencia, así como visualizar la fuerza instituyente de los protagonistas en el cambio de las funciones, las regularidades, las ambientaciones y las escenografías (Malfé, 1991; Robertazzi, 2009). Detenerse a mirar los cambios en el "paisaje" -que fueron conquistándose de a poco- fue un camino propicio para interpretar las historias colectivas y para comprender los procesos de deshabituación, nuevas formas de la sensibilidad, los cambios en las costumbres, en síntesis: el singular camino hacia la autogestión de las distintas organizaciones y sus obstáculos (Duby, 1992; Berger, 2008).

En los establecimientos, pero también, como señala Hernández (1996), en el espacio de la comunidad (local o global), los actores sociales participan, negocian e interactúan. Este espacio no es homogéneo, sino por el contrario, es el lugar donde se entrecruzan necesidades e intereses que conforman una compleja red de relaciones y conflictos.

Fernandes (2005), asesor de varios movimientos sociales, argumenta sobre la amplitud de la noción de espacio: materialización de la existencia humana, lugar construido por las relaciones sociales, politizadas e ideologizadas. Un territorio puede devastarse para construir otro, es así que desterritorialización, territorialización y reterritorialización se constituyen en una dinámica de conflictividad permanente.

Según Malfé (1991), estudiar el espacio supone las siguientes categorías de análisis: utilización, politización y semiotización, considerando a la vez tramas representacionales fantasmáticas cristalizadas -frecuentemente no dichas- pero generadoras de múltiples efectos. El territorio y la región -construcciones sociales móviles, cambiantes, desequilibradas- expresan la espacialización del poder y de las relaciones de cooperación o de conlicto que de ella se derivan (Duby, 1992; Berger, 2008, Hernández, 1996). La actividad espacial de los actores es diferencial y, por lo tanto, su capacidad real y potencial de crear, recrear y apropiarse del territorio es desigual, superponiéndose distintas territorialidades (locales, regionales, nacionales y mundiales) con intereses también diferenciados. Así, el sentido de pertenencia e identidad, el de conciencia regional y el ejercicio de la ciudadanía solo adquieren existencia real a partir de su expresión de territorialidad.

Los actores sociales para apropiarse de su espacio y transformarlo -o evitar que adquiera la isonomía del mercado- tienen que expandir su capacidad productiva. Adquirir protagonismo en la construcción de ese espacio. "[...] apunta a que los actores sociales se conviertan en fuerza capaz de exigir, construir y conquistar la satisfacción de sus necesidades" (Hernández, 1996, p. 21).

 No hay más que ojear las noticias de actualidad para advertir que las luchas territoriales se multiplican. Muchas ponen el acento en los derechos de la naturaleza y en el de los habitantes para poder disfrutar de ella, con el afán de preservar los recursos que dan sustentabilidad a la vida propia y a la de las generaciones venideras. De este modo, se han ido conformando ámbitos asamblearios en los que las personas que se sienten afectadas intentan oponerse al arrasamiento de espacios que se consideran propios -porque son de todos-, con el claro propósito de incidir en las decisiones gubernamentales. Hay ejemplos en gran escala, vinculados al modelo extractivo y contaminante de la megaminería, tales como las puebladas de Famatina o Andalgalá, así como otras expresiones comunales, como la que se describe a continuación.

La presente comunicación, tomando como referencia la propuesta de Sassen (2010) -estudiar realidades en pequeña escala y mirar desde los bordes del sistema-, procura hacer una primera aproximación al análisis de las pujas territoriales, desde la realidad local, atendiendo también al posicionamiento del Estado. Para ello se selecciona uno de los casos en estudio: la Asamblea "Unidos por el Río" del Partido de Vicente López.

Historia del vial costero

Una buena parte de la ciudadanía de Vicente López se ha manifestado en contra de la construcción del Vial Costero, una obra que comenzó en 2010 con el aval y financiación del gobierno nacional y con el impulso del ex Intendente Enrique García.

El patrimonio en disputa es el Paseo de la Costa, único pulmón verde de Vicente López, un paseo de 140 hectáreas de cara al río, que, en la actualidad, ya cuenta con mil doscientos metros de calzada construida. La historia comenzó el 23 de diciembre de 2004, a las 4:30 hs. de la madrugada, cuando el Concejo Deliberante, con 20 concejales presentes, aprobó un proyecto para la construcción de la Autovía Vial Costero (4 km), más un emprendimiento inmobiliario que incluye 18 torres de lujo, un shopping, un hotel cinco estrellas y un estadio cubierto. Las principales MEGA empresas que se beneficiarían con esta obra, con un presupuesto de ochocientos millones de dólares, son IRSA, Ribera Desarrollo, Ricciard y Codinsa 5.

A medida que comenzaron los trabajos en la zona se fue poniendo en marcha el proceso de resistencia y fortalecimiento de la ciudadanía (Montero, 2003), puesto que el negocio se levantaría sobre tierras públicas y de espaldas a la gente. Fue así que mientras unos tapaban el césped con cemento y talaban los árboles, otros sembraban, se interponían entre la naturaleza y las topadoras, colocaban carteles en los árboles que decían: "No me tales", o, sobre los alambrados de precaución que impedían el paso: "Obra ilegal". No podían permanecer indiferentes al comprobar que se estaba destruyendo la estética habitual del paisaje y la calidad de vida de los habitantes. Mientras se unían las personas que viven en el Partido, y se sumaban otras de distintos lugares, la principal consigna fue: "No al Vial Costero, Sí al Río".

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Varios medios de comunicación se hicieron eco del conflicto, dado que los oponentes fueron reprimidos, e incluso detenidos, en múltiples oportunidades: cuando intentaron detener la demolición de los restaurantes que estaban en la costa del río, o la destrucción de Campo 3, institución deportiva que contiene la pista de Bicicross más importante del país. A la vez hacían denuncias, gestiones en la Legislatura, pedían la destitución del Intendente saliente y discutían los pasos a seguir en asambleas realizadas en la costa del río.

Un grupo de jóvenes, que por entonces se autodenominaba "La Manada", estuvo acampando con el fin de evitar el inicio de la obra, y luego su continuación. A mediados de marzo de 2011, quince de estos jóvenes se subieron a los árboles, como forma de resistencia pacífica, con el fin de evitar la tala, indispensable para la continuación de la obra. Sin embargo, doscientos agentes de la policía bonaerense avanzaron con brutalidad sobre la zona denominada "El Bosquecito".

Image92Del mismo modo, cuando se inauguró el Vial Costero el 18 de junio del 2011, la represión hacia los oponentes fue salvaje, quedaron varios heridos por palazos y perdigones de balas de goma. Fue una verdadera batalla campal, pues las personas atacadas se defendían con piedras. La policía arrojó gases a la cara de los manifestantes, incluido el cronista que informó de esa situación. Solo la llegada de los medios televisivos, especialmente Crónica TV, apaciguó la confrontación. De todos modos, siguieron las discusiones con la policía que, en el momento más álgido del enfrentamiento, detuvo a cuatro jóvenes que quedaron demorados en la comisaría de Balneario (Vargas, 2011). En el caso que se describe es de mucho interés observar cómo, a medida que algunas batal las se perdían, los oponentes no desistían, sino que elaboran nuevas estrategias discusivas y de resistencia. Con el Vial Costero ya construido, comenzaron a exigir que funcionara como una peatonal permanente para el uso exclusivo de bicicletas, patines y demás instrumentos de recreación, insistían en que quedaran excluidos los automóviles y otros elementos contaminantes y peligrosos.

En la Asamblea "Unidos por el río" participan una gran cantidad de grupos, y a la vez están en relación con otras Asambleas que sostienen similares propuestas de conservación de los patrimonios públicos naturales.

Al presente, en sus gestiones con el actual Intendente Jorge Macri -tampoco demasiado exitosas, o bien llenas de promesas incumplidas, como suele ser el diálogo entre ciudadanía y clase política- las peticiones se centran en evitar la construcción de un shopping en siete hectáreas de tierras públicas, entregadas sin licitación y sin consulta a la ciudadanía, así como para intervenir en las siguientes fases del proyecto y en el uso peatonal del Vial Costero.

El blog de "Unidos por el Río" dice que el Shopping es el corazón del proyecto de apropiación de las tierras públicas y de los clubes, con el in de realizar los emprendimientos inmobiliarios que tendrán al Vial Costero como avenida de comunicación. Los miembros de la asamblea realizaron consultas populares, por lo que solicitan que sus resultados sean respetados.

Hasta el momento de escribir este artículo, tanto la resistencia como la represión continúan: se siguen realizando caminatas en la costa del río, la página web de la Asamblea está actualizada y se suman las adhesiones. En los carnavales de 2012, varias murgas concurrieron para expresar su solidaridad; se llevaron aplausos, cariños, más una remera con la consigna "Quiero una costa pública y sin shopping". 

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Controversias en torno al vial costero

A lo largo de esta lucha por el territorio se han observado innumerables episodios dignos de estudio. Se elige aquí analizar un fragmento del discurso de la Presidenta de la Nación, Dra. Cristina Fernández de Kirchner, promulgado el 7 de mayo de 2010, en ocasión de la inauguración de IBM, Partido de Vicente López, quien al referirse a la construcción del Vial Costero se mostró sorprendida de la resistencia frente a lo que entiende como un proyecto que traerá progreso, modernidad y embellecimiento al Municipio; y algunos párrafos de la carta publicada6 por una vecina en respuesta al mencionado discurso, ambas comunicaciones proferidas en el marco de la disputa ocasionada entre los distintos actores sociales por la construcción del Vial Costero a orillas del río, en Olivos, partido de Vicente López. 

Análisis del discurso

Para el análisis del discurso de la Presidenta 7 se adopta un enfoque interdisciplinar, lo que permite entrecruzar la observación de las dimensiones genérica, interlocutiva y enunciativa que se ponen en juego en el corpus elegido, con una mirada histórico-crítica, desde la perspectiva de una psicología social política y plural.

La enunciación como rasgo genérico: el problema de la destinación en el discurso político

Verón (1987) caracteriza al discurso político en función de su peculiar enunciación. En sus términos, la enunciación política parece inseparable de la construcción de un adversario, lo que implica enfrentamiento, es decir, se inscribe en una dimensión polémica. Todo acto de enunciación política es, a la vez, una réplica y supone o anticipa una réplica. En este sentido, podría decirse que todo discurso político está habitado por un Otro negativo (contradestinatario); pero, como todo discurso, construye también un Otro positivo (prodestinatario), aquel a quien el discurso está dirigido. El discurso se dirige asimismo a las personas indecisas (paradestinatario). En la economía discursiva de los intercambios políticos, las tres funciones son igualmente importantes.

A su vez, García Negroni y Tordesillas (2001) plantea que el sentido del discurso es un conjunto de indicaciones que se refieren a su enunciación, siendo esta el nivel en que se construyen en el discurso la imagen de aquel que habla, de aquel a quien se habla y las relaciones complejas entre esas entidades. Así, mientras a los destinatarios directos (adherentes e indecisos) se los constituye en segunda persona (vocativos, marcas léxicas de interpelación, nosotros inclusivo), a los adversarios nunca se los constituye más que como tercero discursivo, mediante variadas estrategias discursivas para aludir o dirigirse a ellos, sin interpelarlos en segunda persona ni  incluirlos en el colectivo de identiicación (nosotros inclusivo). No se les da voz y por lo tanto tampoco derecho a réplica porque, en la supericie del enunciado, no se les estaría hablando. Entonces, para el locutor no solo es importante garantizarse el apoyo de sus adherentes o seguidores y obtener el de los indecisos (función de persuasión), sino también dirigirse a sus adversarios (función polémica) para destinarles actos de advertencia, amenaza o simplemente para desautorizar su voz o su accionar.

Dada la relevancia de la multidireccionalidad en la destinación del discurso político, en lo que sigue, se trata de identificar la multidestinación en el discurso presidencial, y cómo se inscribe la plurifuncionalidad: de refuerzo; polémica y de persuasión, respectivamente. Asimismo, se considerará en el presente análisis la refutación que, mediante la publicación de una carta, realiza una vecina de Vicente López frente a los dichos de la Presidenta. Para tal fin, se analizarán las dimensiones interlocutivas y enunciativas que subyacen en ambas alocuciones. 

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La dimensión interlocutiva

La etnografía de la comunicación se ha preocupado por el uso del lenguaje vinculándolo al espacio comunicativo que ocupa el participante, la manera en que toma la palabra y los roles comunicativos en la interacción. Entiende al uso del lenguaje en sus múltiples aspectos: la palabra, oral o escrita; el cuerpo, en sus expresiones gestuales y cinésicas; las imágenes. Como señalan Calsamiglia y Tusón (2001), esta disciplina se ha enriquecido con los aportes de la sociología interaccional, preocupada por analizar aquellas interacciones en las que sus participantes mantienen una relación desigual. La problemática del poder y la dominación, los mecanismos de control y el ejercicio de la hegemonía entre los participantes son tomados en cuenta por esta disciplina y resultan pertinentes al presente análisis.

 Considerando lo antedicho, resulta interesante preguntarse cuál es el contexto en el que la Presidenta pronuncia su discurso; cuáles son sus interlocutores; cuál el auditorio. Al observar la videograbación8 se observa que la Presidenta pronuncia su discurso en una de las modernas salas de las instalaciones de IBM, en cuyo estrado están el presidente de la empresa; el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli y el entonces intendente de Vicente López, Enrique García. Por otra parte, el auditorio allí presente está conformado por los ejecutivos y el personal de la empresa, en su mayoría jóvenes correctamente trajeados y cómodamente sentados en las butacas de la sala de conferencias. En sus rostros puede adivinarse una actitud de complacencia y beneplácito frente a las palabras oficiales, sobre todo cuando se refiere al progreso y la modernidad: 1. "[...] a lo mejor / los que se oponen a eso cuando van a Estados Unidos / de vacaciones / o de visita / se maravillan de la modernidad / modernidad que por ahí / le niegan / a los que no pueden viajar a Estados Unidos pero que viven aquí / en la República Argentina" 2. "[...] Y yo creo que estas cosas tienen que terminar / tienen que terminar porque necesitamos en serio / en este Bicentenario / un país diferente / de gente inteligente moderna / que apueste / a la construcción / y al crecimiento / de la Argentina" 3. "[...] ponerle [...] palos en el camino al progreso / no le sirve a nadie [...]"

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Es notable considerar la multidestinación de este discurso político. Así, en 2, la presidenta dirige sus palabras a los prodestinatarios, en este caso, el auditorio allí presente. Tal vez por esa razón, elige utilizar el verbo necesitamos, incluyendo de ese modo al auditorio en el colectivo de identificación (nosotros inclusivo), marca léxica por excelencia en la que se evidencia la destinación del discurso dirigida a sus adherentes.

Sin embargo, no ocurre lo mismo en 1 y en 3, donde si bien en la superficie, la presidenta dirige sus palabras al auditorio, pareciera que la destinación de las misma ya no está dirigida a sus adherentes. Allí, la presidenta no interpela a los contradestinatarios en segunda persona, sino que alude a ellos proiriendo su discurso en tercera persona. Esta estrategia podría responder a la necesidad de desautorizar su voz, los excluye así del circuito de la comunicación, ya que aparentemente no les estaría hablando.

Ahora bien, dado que todo discurso político es un discurso argumentativo, que se apoya siempre en determinada ideología o presuspuesto, resulta indispensable para el presente análisis sondear algunos aspectos teóricos referidos a la argumentación.

La Teoría de la Argumentación en la Lengua (TAL) 9 postula que nuestras palabras tienen esencialmente un valor argumentativo. Se opone así a la concepción típica del descriptivismo, según la cual el sentido de los enunciados se calcula a par tir de una  signiicación que sería constante y de naturaleza vericondicional. Para la TAL la significación no es una constante sino una función, por lo que el enunciado no remite al mundo sino a otros discursos de los que ese enunciado es la continuación, o que puede serlo. Hablar no es pues describir o informar a propósito del mundo, sino dirigir el discurso en una cierta dirección, hacia ciertas conclusiones, alejándolo de otras. La significación es, por lo tanto, de naturaleza instruccional (García Negroni, 2005). Por ello esta teoría introduce un tercer término externo a la lengua, un principio general llamado "topos", "lugares comunes argumentativos" (Ducrot, 1984) que representan los trayectos que obligatoriamente deben tomarse con el in de alcanzar, a través de un enunciado ocurrencia, una conclusión especíica. Como garantes de los encadenamientos argumentativos, los topoi tienen un rol análogo a los axiomas de un sistema formal. El topos es un tercer término que generalmente no aparece asertado. En otras palabras, el locutor no se presenta nunca como el autor de un determinado topos.

Ducrot (1984) les atribuye tres características principales: la generalidad, la universalidad y la gradualidad. Respecto de la gradualidad, dados dos "predicados tópicos", P y Q, es posible construir dos topoi según que las dos gradaciones sean recorridas en el mismo sentido (T1) o en sentido inverso (T2). En el primer caso se dirá que la escala antecedente es un argumento para la escala consecuente; en el segundo, que es un argumento en contra de ella (García Negroni, 2005).

Desde esta conceptualización, podría pensarse que en las palabras de la presidenta T1 estaría representado por la cultura del progreso económico y la modernidad, que predicaría: "Un país que progresa, que invierte en modernidad, es un país de gente inteligente". Si se plantearan las escalas graduales dentro de T1, se encontrarían dos escalas: la del progreso (entendido como construcción, inversión capitalista y modernidad) y la de la inteligencia. Si además estas se recorrieran en el mismo sentido (a mayor progreso: < inversión y modernidad >, mayor inteligencia), sería imaginable un predicado tópico p1: "Un país que apuesta al progreso, a la construcción y a la modernidad" que conectara argumentativamente a través de T1 con la conclusión q1: "Es un país inteligente". Entonces, dentro de este marco discursivo, estaría justificado que el Estado avalara y inanciara la construcción del Vial Costero. En otras palabras, la argumentación acerca del progreso y la modernidad, apoyada en el topos señalado: "Cuanto más moderno es un país, más inteligente es", parece estar avalada por el contexto en el que la presidenta emite su discurso, un grupo de jóvenes empresarios con una ideología común: progreso, capitales e inteligencia van de la mano.

Pero T1 no es el único topos posible para garantizar un encadenamiento argumentativo, también puede considerarse T2, contrario a T1, y ambos representan ideologías diferentes. Un claro ejemplo de ello se puede observar en la carta ya referida, en la que los encadenamientos argumentativos presentados por la vecina se apoyan en T2. Entonces, a esta altura, cabría preguntarse cómo se entiende el progreso desde T2.

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Dice la vecina:  "Los que tuvimos y tenemos la suerte de poder viajar, lo que nos asombra no es esa modernidad, sino el respeto a las instituciones y los funcionarios que cumplen con su trabajo y no los que aprueban las ordenanzas de excepción un 24 de diciembre a la madrugada, sin contar el asombro que nos causa ver a los diputados y senadores asistir regularmente a las sesiones y dar el quórum necesario para que el trabajo parlamentario sea eficiente y debatir los proyectos para luego votarlos, sin levantarse cuando ven que el resultado puede ser adverso. Eso realmente me 'asombra'".  "Estoy de acuerdo en que estas cosas se tienen que terminar, se tienen que terminar estos proyectos que solo tienen un sentido comercial, para valorizar los emprendimientos de algunos que oportunamente adquirieron propiedades ahí, porque por una de esas grandes casualidades este vial costero terminaría justo en la puerta de las nuevas torres tan cuestionada, sin importar que desaparezca la pista de bicicross ni los lugares de esparcimiento que allí funcionan".

En esta respuesta al discurso presidencial podría inferirse que T2 estaría representado por la cultura de la responsabilidad y la participación ciudadana, es decir, desde este segundo presupuesto, el progreso predicaría:"Un país gobernado por funcionarios responsables y comprometidos con los intereses de la comunidad que los ha votado, es un país que progresa" Si se plantearan las escalas graduales dentro de T2, se encontrarían dos escalas: la de la responsabilidad y compromiso de los funcionarios respecto de la comunidad y la del progreso. Si además estas se recorrieran en el mismo sentido, un predicado tópico p2 se conectaría argumentativamente a través de T2 con la conclusión q2: "Es un país que progresa".

Entonces, mientras que para la Presidenta el foco del progreso parecería estar puesto en los intereses de los grandes capitalistas -prodestinatarios-, para la vecina el progreso va de la mano de los intereses de la comunidad y la responsabilidad que los funcionarios asumieron respecto de estos contradestinatarios.

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La dimensión enunciativa. Los destinatarios encubiertos.

En concordancia con el apartado anterior, en esta dimensión del análisis el interés está puesto no solo en las modalidades que adopta el locutor respecto de lo que dice, sino también en cómo se va construyendo la relación locutor-destinatario. Con la noción de Polifonía, Ducrot (1984) se propone romper con el axioma de la unicidad del sujeto hablante que postula que detrás de cada enunciado habría una y solo una persona que habla. Para la Teoría Polifónica de la enunciación, en un mismo enunciado, están presentes varios personajes con estatutos lingüísticos y funciones diferentes, por lo que el autor de un enunciado no se expresa directamente, sino que pone en escena, en el enunciado mismo, un cierto número de figuras discursivas. Las tres figuras esenciales vinculadas con el sujeto hablante que propone Ducrot son el sujeto empírico (SE), autor efectivo del enunciado; el locutor (L), "yo", quien es presentado como responsable en el mismo enunciado, a que remiten el pronombre y las marcas de primera persona, y el enunciador (E). Respecto de E, el autor plantea que todo enunciado presenta cierto número de puntos de vista relativos a las situaciones de las que se habla. Los enunciadores son, entonces, esos seres que se expresan a través de la enunciación, sin que por ello se les atribuyan palabras precisas. Ahora bien, las diferentes relaciones que mantiene el L respecto del E se darán en el análisis práctico, donde la coniguración semántica del enunciado permitirá determinar qué posición ocupa el uno en relación con los demás. Así, el L podrá ser identificado con alguno, o mantener cierta distancia respecto de ellos; tal es, entre otros, el caso de los enunciados negativos, que pese a su apariencia monológica resultan ser un diálogo cristalizado de al menos dos enunciadores, haciendo aparecer la enunciación como el choque de dos actitudes antagónicas, una positiva imputada a un E1 y otra que es una negativa de la primera, imputada a E2. Generalmente el E2 es asimilado al locutor, y el E1 a un personaje diferente del locutor, que puede ser o bien el alocutario o bien un tercero. Así, el locutor que asume la responsabilidad del enunciado negativo, pone en escena a un E1 que sostiene el enunciado positivo subyacente, y a otro, E2, con quien de ordinario se homologa a L, que se opone a E1. Ahora bien, dado que los enunciadores no están ligados a ningún habla, se deben entender a E1 y E2, no como actos, sino como puntos de vista opuestos, pero nada hay en la significación de las oraciones negativas que impida que el punto de vista E1 sea atribuido a algún otro personaje discursivo, por ejemplo el interlocutor (García Negroni & Tordesillas, 2001).

Considerando lo antedicho, llama la atención la recurrencia en el discurso de la Presidenta de enunciados estructurados en base a la negación. Podría pensarse, entonces, que la elección de esta estrategia discursiva por parte de la locutora sería la más apta para constituir a los interlocutores de su destinación encubierta. Se trata entonces de descubrir las indicaciones e instrucciones, inscriptas en el discurso presidencial, que permitan identificar los destinatarios encubiertos de su alocución, es decir, aquellos destinatarios a quien alude indirectamente con el fin de desautorizar su voz.

1. "[...] no poner palos en la rueda [...]" 2. "[...] está adquiriendo un volumen / un volumen pero... / que no afecta eh / el medio ambiente / al contrario / lo mejora / muchísimo y lo hace un lugar espléndido [...]"  3. "[...] no sé quiénes serán esos once / que me decías este... / Enrique / pero / seguro que muy inteligentes /[...] / no son [...]  4. "[...] ponerle ruedas en el camino ¿? en / en ¿?/ palos en el camino al progreso / no le sirve a nadie [...]"

Dado que en los enunciados estructurados en base a la negación, el locutor se identiica con el punto de vista del rechazo a la aserción subyacente, el interés de este análisis se circunscribe a descubrir el contenido del enunciado positivo subyacente y, fundamentalmente, a identificar a los posibles interlocutores a quienes el locutor se los adjudica. Así, en 1, podría conjeturarse que el enunciado positivo predicaría que poner palos en la rueda sería una manera de detener la construcción del Vial Costero, por lo que podría pensarse que la Presidenta adjudica el enunciado positivo subyacente a oponentes. En la misma línea, en 2, el enunciado positivo subyacente predicaría que el Vial Costero afecta al medio ambiente, cuestión que fue planteada en las diferentes asambleas de Unidos por el Río y que también aparece de manera explícita en la carta de la vecina: "Ud. dice que no afecta el medio ambiente, a mí y todos los vecinos nos gustaría ver el informe de impacto ambiental que lo sustenta porque hasta el día de hoy nadie lo pudo ver, así como no se pudo ver el proyecto Vial Costero (no hay ni una maqueta)".

Respecto del tercer enunciado debería considerarse que se trata de una doble negación: "[...] no sé quiénes serán esos once" . Pareciera que el enunciado positivo subyacente predicaría: "Sabemos quiénes son esos once" y, al parecer, son mucho más que once, tal vez los integrantes de la Manada. Pero la presidenta redobla la apuesta atribuyéndoles también falta de inteligencia: "[...] seguro que muy inteligentes / (...) / no son [...]". Es claro que el enunciado positivo subyacente predicaría en este caso: "Luchar por los intereses y las necesidades sentidas de una comunidad, es de gente inteligente". Así lo expresa la vecina a quien bien podría atribuírsele la autoría de ambos enunciados positivos que subyacen en la doble negación de la Presidenta:. "En tanto a los 11 que le dice el Sr. Intendente, creo que debería enseñarle a contar personas, porque son muchos más, pero muchos más de lo que él y Ud. imaginan y le aseguro que son mucho más inteligentes de lo que le dijeron, dejemos de descaliicar a los que opinan distinto".

Si se retoma, en este contexto, la teoría de los topoi podría decirse que, en este caso, T1, el marco discursivo en el que se apoyan los enunciados positivos subyacentes, estaría representado por La cultura del sentir que predicaría: "Cada comunidad identifica sus necesidades sentidas y, a partir de allí es protagonista de su transformación".

Dice la vecina: "Posiblemente Ud. vea la ciudad cuando viaja a la casa de gobierno, pero no se olvide que la ve desde arriba de su helicóptero, no camina por ella, no sale un fin de semana a disfrutar del Paseo de la Costa como lo hacen miles de personas (no solo de nuestro partido), solo basta con que vaya un sábado y un domingo para apreciarlo y si puede pregunte a los vecinos qué opinan del vial costero, seguro que tendrá de primera mano la información real y no la que le acerca el Sr. Intendente, de paso conoce un poco nuestra ciudad y su gente".

En consonancia con la ideología que sustenta los dichos de la vecina, en el marco de la psicología colectiva, Fernández Christlieb (2005), plantea que el espacio es el territorio que habitamos, los lugares por donde nos movemos cotidianamente, que tiene perspectivas, en definitiva, un espacio que se siente. Entonces, el espacio medido, el espacio físico, objetivo (aquel que adquiere volumen, en palabras de la presidenta), es muy posterior: "La gente primero deambula, primero se adapta, más bien se adopta al espacio, y ya después le saca la fórmula a la superficie del rectángulo" (op.cit, p.5).

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Constituido por su ocupación, el espacio constituye un mundo creído, sentido íntimamente como real y verdadero. En definitiva, la cultura del sentir, es decir, los topos que identiicaría el punto de vista E1, con el que no se identiica el locutor que emite la negación (en este caso, la Presidenta), es lo que permite sustentar las palabras finales de la vecina: . "Sra. Presidenta, Ud. vive en Vte. López pero no lo siente, este es nuestro lugar en el mundo, así como El Calafate es el suyo, no lo destruya".

En contraposición, el discurso de la Presidenta (en tanto locutora que emite los enunciados negativos) se identifica en todos los casos con E2, que correspondería al punto de vista sustentado por el marco discursivo o presupuesto de la cultura del progreso (T2, en este caso) que, como ya fue señalado, queda homologado a la construcción, modernidad e inversión capitalista.

Por último, si bien el enunciado 4 podría analizarse en el mismo sentido que 1, en cuanto a los enunciados positivos subyacentes y su atribución, parece merecer una mayor atención el lapsus linguae (Freud, 1901/1992) que, como psicólogos críticos no podemos desatender. Para tal fin, resulta indispensable descomponerlo en dos partes. En una primera parte dice la presidenta: "[...] ponerle ruedas en el camin ¿? Luego se rectiica y continúa: en / en ¿?/ palos en el camino al progreso / no le sirve a nadie [...]."

No parece ingenua esta afirmación en el marco de una argumentación a favor de la construcción de un Vial Costero, ¿qué debería leerse allí? ¿Tal vez que poner ruedas en el camino costero no le sirve a nadie? ¿Está realmente convencida la Presidenta que la construcción del Vial Costero favorece a la comunidad? ¿A quién dirige este tramo del discurso? ¿Por qué el lapsus? El encendido discurso de la presidenta acerca del progreso parece contraponerse a otros también encendidos discursos acerca del progresismo que son frecuentes a lo largo de su larga carrera política. Ahora bien, como todo discurso argumentativo, el discurso político tiene una multidestinación y una plurifuncionalidad que son dinámicas. Es por eso que si bien, en este contexto, se perilan claramente sus prodestinatarios y los contradestinatarios, queda una brecha incierta que, como buena oradora, la presidenta no puede desatender: los paradestinararios, es decir, aquellos ciudadanos indecisos a los que debe persuadir, y también, en este contexto, a los seguidores de siempre de su política progresista, a quienes debe una función discursiva de refuerzo, dado que esta vez sus palabras no serían las que más representan a la figura de la presidenta, a quien conocen y siguen por ser una persona preocupada por los derechos humanos y por favorecer a las clases más vulnerables. En otras palabras, las argumentaciones presentadas en el marco de la inauguración de IBM, parecieran tener un tinte más macrista que kirchnerista10 . Tal vez por eso el lapsus; tal vez por eso las vacilaciones, y tal vez por eso preiere atenuar su argumentación a favor del progreso capitalista haciéndose eco solo un poquito de lo que demandaba el señor Intendente de Vicente López: "no poner palos en la rueda".

Para concluir este apartado, es interesante subrayar la importancia de trabajar con datos textuales en el de análisis del discurso, dado que fue la transcripción textual de las palabras de la Presidenta lo que permitió identificar el acto fallido que la prensa escrita no había difundido.

 Conclusiones

Toda relación social se expresa como territorialidad por lo que el territorio no es solo el marco espacial que delimita el dominio soberano de un Estado, sino el poder de múltiples actores sociales: individuos, grupos y organizaciones; empresas locales, nacionales y multinacionales. Mientras que en los conflictos socioespaciales se lucha por un recurso, en el movimientos socioterritoriales se lucha por modificar las relaciones de poder (Fernandes, 2005).

Los resultados parciales elaborados en el marco del caso en estudio -la resistencia frente al Vial Costero- describen el modo en que distintos actores sociales disputan un patrimonio  natural: la costa del río. El proceso de resistencia adquiere una forma organizativa propia y posee sus particulares núcleos convocantes, centrados en la insistente defensa de los espacios verdes públicos, de por sí escasos en el Partido de Vicente López, y muy distantes de los 10 metros cuadrados por habitante, el mínimo admisible recomendado por la OMS para un buen vivir 11.

En estas luchas por la costa del río se pudieron describir las dimensiones de utilización, politización y semiotización del espacio (Malfé, 1991) con sus respectivas versiones antagónicas. Se disputa un ámbito que trasciende lo meramente geográico, pues están en juego bienes naturales que también son culturales y simbólicos.

"Unidos por el río", una asamblea conformada por grupos con diferentes modalidades de lucha en contra de los emprendimientos inmobiliarios en la costa y la construcción y utilización del Vial Costero, argumenta, en primer lugar, desde la cultura del sentir, intenta proteger a un mundo en el que cree, que es un espacio sentido íntimamente como real y verdadero (Fernández Christlieb, 2005).

A lo largo del trabajo de campo pudo comprobarse la destrucción de una gran cantidad de árboles; la contaminación visual y acústica; el modo en que sistemáticamente se destruía el único espacio recreativo del Partido, ese bello paisaje que también  pertenece a muchas más personas que las que viven en Vicente López: las que desde hace largo tiempo lo visitan para disfrutar de momentos de esparcimiento.

Además, los asambleístas se oponen a que la costa de Vicente López pueda llegar a convertirse en un nuevo Puerto Madero, sostienen, entonces, que construir allí un shopping implicaría más cemento, más autos, más contaminación y menos espacios públicos para la recreación, lo que a la vez traería consigo un aumento de la densidad habitacional y sus consecuencias inevitables e indeseadas.

La vecindad de Vicente López, consciente de su rol protagónico, considera que es su responsabilidad ciudadana movilizarse y peticionar para que unos pocos no se queden con lo que es de todos. Se oponen a los negocios privados con bienes públicos, facilitados por la complicidad del funcionariado gubernamental.

Este último aspecto parece ser el denominador común, pues está presente, también, en otros proyectos de gran envergadura generadores de conflictos socio ambientales, hoy muy frecuentes. Los movimientos socioambientales suelen enmarcarse en el concepto más amplio de territorio, suelen incluir tanto a la calidad de vida como a un modelo de defensa de la tierra y los recursos naturales en tanto públicos. Es muy posible que estas tendencias de preservación del medio ambiente sean parte fundamental de la agenda presente y futura de las luchas por el territorio.

Como ya se ha dicho, no existe un único topos posible para garantizar un encadenamiento argumentativo, de hecho el análisis del discurso expone, entre otras cosas, el enfrentamiento discursivo entre progreso y preservación. Si bien es una controversia compleja, puede argumentarse con algo ya consensuado: un municipio es saludable si es participativo.

A pesar del ingreso per cápita, aunque no se trate de una zona de relegación (Wacquant, 2001) y los oponentes (asambleístas; acampantes, miembros de agrupaciones culturales, de otras asambleas socio ambientales; vecinos/as agrupados) pertenezcan a la clase media, o bien a la clase media alta, no dejan de ser un sector de la ciudadanía carente de poder instituido. Estas voces que reclaman son las que necesariamente deben escucharse en el marco de un gobierno democrático, pues debería sobreprotegerse el derecho a la expresión, la única garantía con la que cuenta la ciudadanía para peticionar y cambiar el rumbo de las situaciones (Gargarella, 2004). Algunos discursos oiciales llegan a poner en cuestión el concepto mismo de democracia representativa, al desautorizar las demandas que sostienen muchos habitantes del Partido de Vicente López.

Pasear por la costa, mirar el paisaje, permite advertir que son mucho más que once quienes reclaman y exigen ser escuchados en sus necesidades y derechos, solo hay que contarlos12 . Suponer que los asambleístas y otros adherentes son personas que se oponen a todo solo por oponerse -y que no cuentan con amplios apoyos- es ignorar lo que está ocurriendo en Vicente López.

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 Autoras

1 Licenciada en Psicología, UBA. Magister Scientiae en Metodología de la Investigación Cientíica, UNER. Doctora en Psicología, UP. Profesora Adjunta Regular a cargo de Psicología Social II. Facultad de Psicología, UBA. Directora de proyecto de investigación UBACyT.  E-mail: [email protected]

2 Licenciada en Psicología, UBA. Docente Regular de Psicología Social II y de Historia de la Psicología I, Facultad de Psicología, UBA. Investigadora de Proyecto UBACyT.  E- mail: [email protected]

3 Licenciada en Psicología, UBA, Doctora en Psicología, UP. Jefe de Trabajos Prácticos en Psicología Social II, Facultad de Psicología, UBA. Investigadora Formada de proyecto UBACyT.  E mail: [email protected]

4 Licenciada en Psicología, UNMdelP. Profesora Adjunta en Psicología Social II, Facultad de Psicología, UBA. Investigadora de proyecto UBACyT.  E mail: [email protected]

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Notas

1 Cfr. el texto de Eduardo Murúa citado en las referencias bibliográficas: propone una descripción en perspectiva histórica con la autoridad que le proporciona el haber sido uno de los iniciales protagonistas y constructores del modelo de la acción psicosocial, psicopolítica y psicocultural que se permitió a la clase trabajadora recuperar empresas. El autor sitúa el inicio de este fenómeno emergente hacia la segunda mitad de la década del '90. Más específicamente, los primeros intentos fallidos se produjeron en el año 1997, mientras que en 1998 se logró la primera victoria: recuperar IMPA (metalúrgica del barrio de Almagro, C.A.B.A.). Ese acontecimiento fue el producto de una acción conjunta entre trabajadores/as y militancia, de ahí la oposición de Murúa a ser complaciente con un relato que sitúa el fenómeno estudiado como un mero efecto de la crisis de 2001/02, la que indudablemente favoreció la multiplicación de la experiencia, básicamente por la debilidad en la que había quedado el Estado.

2 Es un proyecto para Grupos Consolidados, cuyo código es 20020100101037, que tiene por sede el Instituto de Investigaciones de la Facultad de Psicología, UBA. Su directora es Margarita Robertazzi y su co-directora Liliana Ferrari.

3 Además de la Asamblea "Unidos por el Río", se seleccionaron otros casos que actualmente están en estudio: la empresa recuperada IMPA; la Asamblea de Vecinos de Villa Bosch; la Cooperativa Nuevo Horizonte; "territorios de relegación", tales como el barrio Zavaleta y las villas 31 y 31 bis, entre otros.

4 Se pretende de este modo tomar distancia del concepto de "intervención psicosocial", por las connotaciones vinculadas a la vigilancia y control que conlleva.

5
Esta información fue debatida en un buen número de asambleas realizadas en la costa del río. Distintas investigadoras de este equipo de investigación realizaron hacia 2010 y 2011 observaciones participantes: Lidia Isabel Pertierra, María Cristina Merli y Margarita Robertazzi. Puede consultarse asimismo unidosporelrio-vl.blogspot.com/.

6 Una vecina le respondió a la Presidenta con una carta. Recuperado de http://24con.infonews.com/conurbano/nota/40854-Una-vecina-le-respondi%C3%B3-a-la-Presidenta-con-una-carta/, el 31 de marzo de 2012. 24 CON, on line.

7 "Haciéndome eco un poquito de lo que demandaba / el señor Intendente de Vicente López / no poner palos en la rueda // Resulta incomprensible eh / oponerse a construir un camino costero que deje más linda eh / la ciudad de Vicente López que realmente es una de las ciudades más lindas y más beneiciadas / con mayor eh / ingreso per cápita / con hermosas casas y realmente con una zona / que yo la puedo ver cuando voy todos los días / a la Casa Rosada desde afuera / está adquiriendo un volumen / un volumen pero... / que no afecta eh / el medio ambiente / al contrario / lo mejora / muchísimo y lo hace un lugar espléndido como uno ve / y muchas veces envidia / cuando va / a otros países / es increíble / a lo mejor / los que se oponen a eso cuando van a Estados Unidos / de vacaciones / o de visita / se maravillan de la modernidad / modernidad que por ahí / le niegan / a los que no pueden viajar a Estados Unidos pero que viven aquí / en la República Argentina // Y yo creo que estas cosas tienen que terminar / tienen que terminar porque necesitamos en serio / en este Bicentenario / un país diferente / de gente inteligente moderna / que apueste / a la construcción / y al crecimiento / de la Argentina // Así que bueno / no sé quiénes serán esos once / que me decías este... / Enrique / pero / seguro que muy inteligentes / que era lo que demandaba el presidente de IBM / no son // Pero por favor / eh...// ponerle ruedas en el camin ¿? en / en ¿?/ palos en el camino al progreso / no le sirve a nadie (...)". La trascripción del discurso de la Dra. Cristina Fernández de Kirchner se realizó siguiendo las pautas de transcripción del discurso oral: - / Pausa breve - // Pausa media.- /// Pausa prolongada. - ¿? Vacilación .-...
Alargamiento vocálico o consonántico.- énfasis.

8 Recuperado de http://proyectosurvicentelopez.wordpress.com/municipio/vial-costero/cristina-dio-su-apoyo-al-vial-costero/, el 4 de abril de 2012.

9 Teoría elaborada por Oswald Ducrot y Jean Claude Anscombre.

10 Macrista es un término referido a manifestar adhesión al Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Ingeniero Mauricio Macri. Kirchnerista alude, en cambio, a simpatizar con el gobierno nacional de la Presidente y su difunto marido, antes Presidente de la Nación. Unos y otros se consideran opositores.

11 Actualmente, en el Partido de Vicente López se dispone de 0,67 metros cuadrados por habitante.

12 Luego del discurso de la Presidenta de la Nación, era frecuente encontrar personas en las cercanías del río vistiendo una remera en la que se leía: "Soy uno de los once".

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Aclaración Imagenes insertadas . (Fotos del archivo de la Asamblea Unidos por el Río)

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Image357Se protege un Arroyo que iba a ser sometido a un dragado y canalización.
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