Margot Goycochea : "No estabamos locos cuando empezamos a denunciar al agronegocio hace 15 años. Los agrotóxicos enferman y contaminan."

Margot Goycochea fue una de las fundadoras del Movimiento de Pueblos Fumigados de la Provincia de Buenos Aires y la Argentina. Un movimiento democrático y popular que llevó adelante el activismo por visibilizar una problemática ambiental que atraviesa la mitad de un territorio de un país en el que el Agronegocio es Política de Estado.

Durante la Dictadura Militar del 76/83, Margot activó junto a Adolfo Perez Esquivel por la defensa de los derechos humanos y el retorno de la democracia. Una vida de Coherencia, Militancia Política y Activismo Ambiental.

- Contame sobre tu militancia en la época del proceso militar.

- Bueno mi militancia en derechos humanos o sociales diríamos o barriales fue de siempre, desde que tengo uso de razón donde ahí había alguna cuestión injusta  ahí estaba presente. Con derechos humanos propiamente dicho empecé cuando en plena dictadura eligen Premio Nobel de la paz a Adolfo Pérez Esquivel. Me fui al Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ) y fui recibida como una hermana más y ahí empecé mi militancia y aprendí muchísimo al lado de Adolfo Pérez Esquivel que para mí ha sido una de las personas más extraordinaria que he conocido, de un respeto de una de una calidez humana pocas veces vista. Y bueno ahí conocí a los compañeros que hasta el día de hoy lo seguimos siendo. Estamos todos viejos pero seguimos siendo compañeros

Ahí empezamos nuestra lucha en los Derechos Humanos. Toda esa lucha en la época del proceso militar fue todo un aprendizaje. Tengo presente el día que caí detenida en una marcha días antes de Malvinas que muy pocos recuerdan. Pero fue una marcha de protesta contra la dictadura en la que fuimos bárbaramente reprimidos. Cuando pasa lo de Malvinas ese hecho quedó tapado. Fue una feroz represión, nos tiraban los tanquetas encima en fin un desastre y bueno nos llevaron detenidos junto a quien era mi compañero y con el que después me casé, a una comisaría de pleno centro de Buenos Aires.

Nos liberaron como a las 5 de la mañana, ahí estaban mis compañeros de SERPAJ para rescatarnos. Habíamos llevado cantidades de números de teléfonos  de los compañeros y ahí empezamos a llamar a todas las familias de los que quedaron detenidos. Mi compañero quedó detenido dos días y el hijo de Adolfo como una semana.  

- Y cómo fue después el inicio del activismo ambiental, más precisamente  con el tema del agro negocio. 

  - Bueno en los noventa largo empezamos a notar el cambio. Lo primero que notamos es cómo se iban sacando plantas Veíamos pasar camiones muy grandes con unos troncos impresionantes. Era porque estaban desmontando todos los montecitos que teníamos en toda la región. Después veíamos los campos muy prolijitos. Además Los Toldos en esa época antes desde que se liberara la Soja Transgénica, tenía una agricultura de pequeños chacareros que hicieron grande el país. Eran los verdaderos agricultores. En los pueblos no nos faltaba nada. Estaba la tribu Coliqueo, todos trabajaban las hectáreas, tenían sus animales, eran autosuficientes, tenían sus vaquitas, sus chanchitos, sus pavos, gallinas, su maíz para los animales. Después cuando empieza la soja y  una inundación importante que hubo la gente se tuvo que ir con el agua casi al cuello. Fue todo junto. Cuando el agua bajó empezó la soja y empezaron los conflictos con los compañeros mapuches porque ya no podían hacer muchas cosas y las mujeres tenían que ir a trabajar al pueblo y los chicos quedaban solos y corrían peligro porque los sojeros los hostigaban.

Y después empezaron las avionetas a pasarnos por arriba de las cabezas porque era un abuso una crueldad tan grande, tan grande.

Contanos del proceso de organizarse para denunciar los impactos de las fumigaciones.

- Y empezamos  con gente con gente de alrededor que no se daban cuenta. Que prolijito decían se maravillaban de ver crecer esas plantas todas prolijitas los surcos derechitos ni un yuyito qué maravilla, pero nosotros veíamos que eso no era una maravilla, no era algo no era bueno y ahí empezamos a organizarnos  y nos pareció que había que hacerlo. 

El primer Encuentro de Pueblos Fumigados de la Provincia de Buenos Aires, hasta ahora se lo tiene a Los toldos en el año 2008, pero vos nos has contado que también ha existido un encuentro previo en el año 2007.

- Sí, yo conocí a Rulli que estaba preparando su informe de pueblos fumigados y con él organizamos  el primer encuentro de la campaña Paren de Fumigar acá en Los Toldos en el 2007. Fue una sorpresa para los toldenses. Fue abierto, mucha gente se levantó, había mucha gente que estaba en contra del Encuentro, otra gente empezó a abrir los ojos. Fue importante ese encuentro porque empezaron a  ver estas cosas. 

Después en el año 2009 lograste contactar con la escritora periodista francesa Monique Robin que estuvo en Los Toldos en ese entonces. Como fue ese acercamiento.

Acá en casa paraba una chica antropóloga que estaba haciendo un trabajo con las comunidades mapuches que también conocía a Javier Souza y me preguntó si nos gustaría contactar a Monique Robin para que venga a Los Toldos ya que estaba presentado su documental sobre Monsanto. Nosotros le dijimos que sí y nos encantó la idea y nos pusimos a trabajar pero a lo loco con el encuentro. Fue muy pero muy bueno, el microcine del centro estaba completo. Fue un hecho muy importante que ayudó a la lucha para concientizar de las barbaridades que generan las fumigaciones.

Otra persona importante que también se vinculó con vos y con la realidad de Los Toldos fue Andrés Carrasco. Tuviste un vínculo fraternal y hermoso con Andrés.

Sí. No lo conocía pero sabía de  su trayectoria y su lucha. Y cuando vino a un pueblo no sé si Mercedes un pueblo cerca de Chacabuco creo que Junín, no, en Rojas, le dije a un amigo que tenía auto y a su esposa: vamos Quiero verlo. Fue en el año 2010. Él empezó a hablar de ese informe que hicieron en contra de él de 300 páginas, entonces Carrasco preguntó en el medio de la charla, si alguien lo había leído y yo levanté la mano y le dije que lo había leído  y que ese informe en vez de oscurecerlo, para mí lo engrandecía. Entonces después de la charla hablamos más directamente y ahí nos contactamos, yo quería hablar con él y él vio que fui la única de otro planeta que había leído ese informe…. y sí era un hombre tan accesible, tan increíble,  tan de verle la cara de verle los ojos era una persona tan maravillosa.

Andrés luego estuvo en Los Toldos poco antes de fallecer. Me consta su compromiso de cumplir con vos y de estar presente en las Audiencias Públicas por el tratamiento de la Ordenanza de Agrotóxicos de Los Toldos. Él tenía una enfermedad terminal muy avanzada y si bien el médico le aconsejó no hacer el viaje, él lo hizo igual. Lo traje y llevé de nuevo a Buenos Aires en el auto en el mismo día. Para mí fue un viaje hermoso e inolvidable hablamos durante todo el recorrido ida y vuelta sobre la problemática y también sobre su persecución (en esos días había recibido el rechazo del CONICET del ascenso a la máxima categoría de investigador). Tengo una fotografía de ese saludo final en la Plaza con vos, cuando le entregaste un queso toldense y un frasco de mermelada como cortesía y él te dijo cumplí con vos Margot.

Si, eternamente agradecida, él tuvo una intervención maravillosa enfrentó a los sojeros, porque estaban muy violentos. Carrasco fue atacado, pero la gente la gente hizo callar a los atacantes. Y se tuvieron que callar y el doctor terminó su exposición que dijo cosas increíbles. Habló mucho de la celiaquía y que la provocaban los cereales que se cosechaban con los venenos que le ponían, él lo explicó una manera clara. Cada cual tiene una persona celíaca en su familia antes era inusual, yo misma tengo gente con ese problema de salud antiguamente no existía, era raro. 

Que reflexión tenes sobre la lucha contra el agronegocio. Pienso que muchas de cosas que hoy suceden con las apariciones de nuevas asambleas y personas auto convocándose, no ya solo en la provincia de Buenos Aires, sino en todo el país, en un proceso espontáneo de auto-organización tiene como germen esa acción de concientización que personas como vos y Jorge Rulli han tenido en su momento. Y pienso y estoy convencido que nada fue en vano a pesar de todo el poder que tiene el agronegocio en todos los niveles de los poderes.

El poder del agronegocio es demasiado porque las corporaciones son muy fuertes  y los gobiernos pocos se le animan porque, por ejemplo, la las fumigaciones se alejaron un poco de la ciudad pero siguen existiendo los venenos y un montón de otras cosas que trae  el modelo como  las lagunas contaminadas, los peces muertos, la sequía, todo eso tiene que ver con todo este modelo.

Y bueno muchas de esas cosas logramos que se vieran, eso es muy positivo, pero el agronegocio sigue teniendo el poder. En Los Toldos  ese poder por ejemplo el agronegocio lo tiene en la relación con los medios de comunicación y como  los medios de comunicación tratan la cuestión de los agrotóxicos. Si bien ha habido una relación respeto en con nosotros y publicaban todos nuestros comunicados, denuncias o las charlas que realizábamos,  tampoco se han involucrado directamente. Además siempre fuimos un grupo pequeño el que estaba al frente. Cuando la ordenanza de agrotóxicos se iba a tratar  los sojeros llenaron la municipalidad de sus camionetas 4x4  y nosotros éramos 15 personas. Los sojeros rodearon la municipalidad y no se pudo sesionar ese día pero al otro día la sancionaron tempranito sin que nadie estuviera ahí molestando, si buen pusieron un límite, y no era como lo que nosotros pedíamos, tardó muchísimo tiempo en reglamentarse. Costó muchísimo que se reglamentara.

¿Cómo ves a la juventud con el tema ambiental?

Si veo que hay jóvenes a nivel global con el cambio climático y todo lo demás los venenos y la comida mala contaminada, el aire contaminado, el agua contaminada, las tierras contaminadas. Igual  a mí me parece que que tendrían que involucrarse más, porque les toca a ellos realmente ahora. En mi  caso trato de que mis hijas piensen igual y que hagan lo mismo que yo, por ejemplo que elaboren su propia comida, que utilicen harinas más seguras,  que tengan su propia huerta, que vayan a comprar donde hay gallinas que por lo menos pastoreen, que consuman un pollo  comible no una de esas cosas que venden en los supermercados.

Hoy viendo hacia atrás el Encuentro de Pueblos Fumigados de la Provincia de Buenos Aires lo considero como un hecho político significativo y como la expresión más pura de la democracia, la capacidad de auto convocarse y movilizarse, asumir y tener el coraje que tiene el acto de denuncia y lo más conmovedor  que es asumir la defensa de un interés general, que fue lo que los motivó a ustedes hace 15 años. 

Bueno como mi rol de abuela mucho no he podido participar en los últimos que se hicieron. Pero los encuentros deben seguir. Está bueno seguir porque los encuentros siguen motivando, a nosotros cuando empezamos fue fundamental juntarnos, porque estábamos muy desparramados y solos en nuestras ciudades y éramos poquitos en cada pueblo. Antes no teníamos wasap, ni esto de las redes sociales que hace más fluida la comunicación, el contacto era por mail pero juntarse ayudaba bastante, para conocernos y saber que no estamos locos. Porque era juntarse y ver que el otro veía lo mismo que uno. Eso nos fortalecía y nos daba la fuerza. No estábamos locos. Además Encontrarse ayuda a que se construyan redes, que la gente de los distintos pueblos se conozca. Aparte después de la pandemia de tanto encierro es necesario juntarse. Pero ojo que no sea un espacio de catarsis sino un espacio para ayudarnos y saber que también debemos concientizar con los hechos. 

Todo empieza por casa.

 Sí porque el agronegocio además de apoderarse de los territorios, también se apoderó de nuestra salud, nuestra comida y de nuestra economía. Por eso resistir al agronegocio es defender nuestra salud, nuestra comida, la tierra, y también nuestra economía, yo siempre le digo a mis hijas y a cualquiera, la cocina es un lugar revolucionario. La cocina es un lugar donde uno puede hacer un montón de cosas, lo primero y más importante a no ser consumista de todas las porquerías que nos quieren  meter como comida cuando son chatarras. El agro negocio mueve muchas cosas malas entonces tenemos que sacarlo de la cocina, ese es el primer lugar de acción, A la cocina hay que volverla a ponerla en un lugar importante  como era la cocina de las abuelas. Yo misma soy una abuela y sigo cocinando como era antes, la comida de olla la comida que hace bien, diversa, no porquerías fabricadas en serie. 

Una abuela todo terreno.

Si comparto muchos momentos  con mis nietos nietas. Mi nieta me vio amasar y comenzó amasar conmigo. Mi nieto mayor está acostumbrado a comer la comida de la abuela, a él le gusta todo lo que sea legumbres, cereales, de todo lo que venga amasado en mi casa los tallarines, los ravioles. lo que sea pero todas las comidas de la abuela que vienen también de  abuelos y la mamá que aprendió conmigo. Además mis nietos ya  saben del tema, está al tanto de lo que es el agronegocio, están al tanto de los Derechos Humanos también porque lo han vivido acá en la casa.

Es el mejor legado que se les puede dejar.

Si exacto. Vos lo dijiste, enseñarles a ellos es nuestra tarea, es fundamental