Tierra de resistencia, Tierra de resiliencia. Crónica.

La pesadilla del 9 de marzo  de 2021. 

Voy a contar la historia de un niño de once años que el día 9 de marzo de 2021 se despierta de una pesadilla a los gritos, diciendo que soñó que se venía una catástrofe: “todo se prenderá fuego”. Sus padres lo tranquilizan y le dicen que no tema, que eso no sucederá. Pocas horas después la pesadilla del niño se haría realidad. Su mundo y su seguridad no existiría más. Se habría hecho humo. Literalmente. 

La pesadilla de este niño se empezaría a gestar muchos años antes, décadas antes. Llamados de atención, advertencias y señales hubo, pero no fueron escuchadas. 

La Megapineria y sus efectos  

 En los años ochenta comienza la invasión de pinos impulsada por el IFONA y con ella se implanta en la región una política de expulsión de las poblaciones originarias del territorio. Las madereras venían con sus credos de “progreso y desarrollo” bajo el brazo. Y comienza el cambio de uso de la tierra que vemos hasta nuestros días. De hecho, una gran parte de lo que se quemó el fatídico 9 y 10 de marzo son “forestaciones” que implantara MANOSA (Maderera Noroeste SA) en ese entonces, y que quedaran virtualmente abandonadas cuando se terminaron las políticas forestales y sus incentivos económicos, financiamientos etc. 

Podemos decir que, lo que se quemó fue un pasivo ambiental sin remediar de la industria forestal. Que se llevó los beneficios y dejó aquí su maldición. El fuego se propaga hasta 30 veces más rápido en forestaciones pinicolas que en bosque nativo. Y ahí tenemos la primer responsabilidad estatal de la catástrofe ambiental y social vivida hace un mes en la Comarca. Por no mencionar lo que los pinos le hacen al agua. Son factor de desecación y de calentamiento global, impiden la captación de agua y la retención, como comprobara Mayra Milkovich y col (2019) [1] en la zona de El Maiten respecto de las forestaciones de Benneton. 

En los noventa ya se había producido el boom turístico y lo que antes habían sido chacras se habían convertido en loteos y cabañas para turistas. El cambio de uso de la tierra se afianzaba definitivamente de la mano de la especulación inmobiliaria y la burbuja capitalista de los noventa. El crecimiento poblacional desmesurado no viene acompañado de políticas sensatas respecto de los usos y tenencias de la tierra. El campesino que no se fue por desalojo de las forestales se irá poco a poco ante la falta de estímulos a la producción y las políticas de los municipios. 

El combo sequía, calor y pino ya es desde hace años invitación a la catástrofe y se pudo ver en los mega incendios de 2012 en Puerto Patriada y en el incendio de Çholila en años posteriores. 

Comarca Andina: zona de sacrificio 

 La Asamblea de Vecinxs de Epuyen, el mismo día 10 de marzo sacó un comunicado donde manifestaban que se negaban a ser zona de sacrificio. Los manejos que rodean al lobby forestal e inmobiliario y sus cercanías sospechosas con los manejos de tierras de los municipios es un tópico que las Asambleas socioambientales de la Comarca vienen denunciando desde hace tiempo. El abandono del Estado Chubutense sobre esta zona se profundizó los últimos tres años pero viene de hace décadas. 

No dudamos en afirmar que la Comarca es considerada por el Gobierno de Chubut como zona de sacrificio. Desde el abandono en materia de infraestructura (líneas de media y baja tensión que no se mantienen en estado ni despejadas de ramas) hasta abandono en materia de salud, comunicación y transporte; de políticas sociales que le entregan a los municipios jugosas partidas presupuestarias que luego usan para comprar voluntades, votos y séquito complaciente. El sistema feudal no solo no se ha ido de la Comarca sino que ha quedado al desnudo con el incendio. 

El delegado de Luz y Fuerza de la Comarca Andina, Mauro Palma, el día 3 de octubre de 2020 denunciaba que los servicios públicos estaban al borde del colapso [2] Días antes de la catástrofe se habían producido unos focos en El Hoyo que gracias a la intervención de los vecinos fueron sofocados a tiempo. Esta realidad es cotidiana para todos los habitantes de la Comarca, y según declaraciones de Mauro Palma no es desconocida para el Gobierno Provincial ni para los Municipios. El 26 de marzo, el mismo Palma acusó directamente al Gobernador Arcioni.

Siete focos  [3]  prendidos en cuestión de horas, tanto en lugares cercanos como medianamente distantes me llevan a pensar en si no cabría empezar a investigar la figura de estrago. El foco de Epuyen, frente a la comisaría y camino a la rinconada se habría originado por el estallido de un transformador (hace dos años, a pocos metros del lugar, otro transformador provocó un incendio bastante grande que incluso cruzó ruta 40 en dirección sureste), a los pocos minutos dos focos en Cholila bastante serios. Qué tuvieron en común ambos focos? Estaban sobre la red troncal de gas. 

La situación de los Servicios Públicos en la Comarca Andina, fue denunciada a los medios, hubo declaraciones de emergencia al respecto, se enviaron notas hasta a la Legislatura, pero nadie hizo nada. Murieron personas por este incendio y ninguno de los que tienen responsabilidad política al respecto hizo nada. 

El ministro de Ambiente, ni bien llegado a Esquel, se dirigió a la Fiscalía Federal, a denunciar el incendio, yo quisiera saber qué ha sucedido con esa denuncia, exijo saber qué ha sucedido con esa denuncia porque no quiero creer que ha sido solo un show.  [4]  Porque tengo sospechas que si esta porción de Chubut fuera más dócil y no resistiera con uñas y dientes como desde hace tantos años la Megamineria , el dinero para la infraestructura en Servicios Públicos y sanitarios aparecería mágicamente. Nos convierten en zona de sacrificio para sacarnos de la tierra. 

Todo fuego es político 

Decimos, y lo decimos con fundamento. Vemos cómo año a año la crisis de diseño se profundiza sobre Chubut hasta tomar formas claramente extorsivas. De otro modo no se explica el deliberado abandono. Todo fuego es político. Estamos parados sobre manifestaciones mineras. Yo lo estoy en este momento. Manifestaciones mineras vigentes. Que si se avanza en el proyecto de zonificación de Arcioni y el lobby minero pueden ser aprobadas. 

Cuando decimos que nos prendieron fuego también estamos diciendo que ésto iba a pasar y que nada se hizo ni para prevenirlo ni para evitarlo. Cuando finalmente el día llegó, los bomberos agotados y mal equipados no pudieron responder efectivamente. 

Vemos cómo año a año la crisis de diseño se profundiza sobre Chubut hasta tomar formas claramente extorsivas. De otro modo no se explica el deliberado abandono. Todo fuego es político. Estamos parados sobre manifestaciones mineras. Yo lo estoy en este momento. Manifestaciones mineras vigentes. Que si se avanza en el proyecto de zonificación de Arcioni y el lobby minero pueden ser aprobadas. Cuando decimos que nos prendieron fuego también estamos diciendo que ésto iba a pasar y que nada se hizo ni para prevenirlo ni para evitarlo.

El Estado también los abandonó a ellos, en medio de la frustración, la asfixia y la falta de agua. La imagen de la Brigada de Incendios de Golondrinas prendida fuego era a la vez paradójica y desoladora. Las asambleas siempre supimos que venían por todo. Que parte del plan era sacarnos de la tierra. Y el modo fue el fuego. 

De todas las versiones delirantes que dieron vuelta la que termina quedando es la de la navaja de Ockham: la explicación más simple es la más acertada. Por acción u omisión el Estado es responsable. El Estado Provincial en primera instancia.  Estaban calientes las cenizas del incendio y Arcioni le estaba traspasando al Ejido urbano de Municipio de Lago Puelo las hectáreas fiscales (de Bosques y Parques) en conflicto por ocupación, unas 580 para “regularizar la tenencia y urbanización”  [5] Casualidad o causalidad ?

Pero les vino como anillo al dedo que justamente la parte más voraz del incendio haya afectado los tres barrios populares que se conocen (o mal conocen) como ocupaciones o “tomas”. A los vecinos no se nos pasó esa “casualidad” y a los compañeros afectados que residen en los barrios tampoco y es por eso que se organizaron para no abandonar sus tierras y resistir al desalojo y a la tremenda campaña de desprestigio que armaron en su contra. Incluso se intentó criminalizarlos cuando en la frustrada y accidentada visita del presidente Fernández a la Comarca se intentó inculpar a un poblador en el confuso episodio de las pedradas al vehículo del presidente. 

Tierra de resistencia, tierra de resiliencia 

La reacción de los vecinos preparados a resistir desde la solidaridad fue la que generó los gestos más esperanzadores. Se armaron centros de acopio bajo carpas, bajo tinglados; los brigadistas populares comenzaron a bajar los palos quemados y hasta aserraderos portátiles se pusieron a aprovechar lo que se pudiera salvar; carpas de veterinarios y donaciones que llegaban desde todo el país con el mandato de entregar en mano a los damnificados - porque otro clásico comarcal y provincial es que las catástrofes son usadas por los políticos para “comprar voluntades en campaña”- 

Camiones repletos de donaciones elegían descargar en los centros de acopio comunitarios, bibliotecas populares, salones de fiestas de particulares que se ponían a disposición, cuarteles de bomberos etc…cualquier lugar menos los municipios…esa solidaridad incluyó colectivos con obreros que se vinieron con sus brazos y sus herramientas de equipaje para ayudar a reconstruir lo que el fuego se llevó. El Estado municipal y provincial solo se ha ocupado, hasta el día de hoy, de hacer relevamientos. 

El niño que soñó la catástrofe puede ir y ver cómo, pese a todo, el espíritu de los comarqueños está intacto, las ganas de resistir al saqueo y persistir en la defensa del territorio que amamos está intacta, pero también persiste el dolor por las muertes de personas, animales y plantas que se podrían haber evitado. El niño podrá ver dentro de algunos años los lengales de la laguna Espejo rojos en el otoño, y recordará que un otoño solo fueron grises.

La reacción de los vecinos preparados a resistir desde la solidaridad fue la que generó los gestos más esperanzadores. Se armaron centros de acopio bajo carpas, bajo tinglados; los brigadistas populares comenzaron a bajar los palos quemados y hasta aserraderos portátiles se pusieron a aprovechar lo que se pudiera salvar; carpas de veterinarios y donaciones que llegaban desde todo el país con el mandato de entregar en mano a los damnificados

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Tierra de Resistencia, Tierra de Resiliencia.