Freno a la Tala de Arboles en Monte: La Movilización es más fuerte.

La reacción inmediata de la gente de San Miguel del Monte frenó la tala indiscriminada de árboles alrededor de la Laguna Municipal. La justicia acompaño el justo reclamo de la comunidad.

Información03/09/2024Naturaleza de DerechosNaturaleza de Derechos
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San Miguel del Monte se movilizó en defensa del arbolado público.

En la última semana de Agosto de 2024 los vecinos y vecinas de San Miguel del Monte (Provincia de Buenos Aires), se encontraron con el desagradable suceso de la deforestación de una veintena de ejemplares de Eucaliptos  añosos que forman parte del corredor biológico que integra el ecosistema de la laguna municipal.  Se trata de un espacio verde boscoso que funciona como recreo a orilla del majestuoso espejo de agua que costea la ciudad cabecera del partido bonaerense, que se ubica a 100 kms de la Capital Federal por la Ruta Nacional nro. 3. 

El espacio verde está identificado como Recreo “A” y pertenece al Municipio. El lugar fue concesionado para su explotación comercial por el Poder Ejecutivo Municipal, con la autorización del Concejo Deliberante, a la firma AGROPECUARIA GHEGOIL S.R.L, que pertenece a una familia del agronegocio del lugar.

Increíblemente la concesión habilitó expresamente a la empresa adjudicataria, a talar 64 ejemplares de Eucaliptus de 198 existentes en el predio afectado, aun a pesar de estar sanos. La medida irracional tiene como única justificación poder llevar adelante las intervenciones edilicias de envergadura en el predio que consisten en la construcción de un local gastronómico, baños públicos y estacionamiento. No se trata de la mera concesión de una proveeduría de alimentos sino de  un proyecto relevante que modifica y altera la conformación paisajística e histórica del lugar y la relación de los vecinos y vecinas de Monte con el espacio libre costero, cuya lectura presente para el común de la población móntense contiene un alto valor natural, histórico y sociocultural.

Es cierto que los Eucaliptus son una especie exótica introducida en la Argentina, principalmente en el Gobierno Nacional de Domingo Sarmiento, pero la composición paisajística del lugar establecida durante décadas, consolida por un lado, el derecho al paisaje de la gente y, por el otro, la necesidad, al amparo del curso normal de la naturaleza, de la preservación ambiental que obliga a no alterar las relaciones biológicas nacidas bajo ese ecosistema consolidado en el tiempo, siendo además que esa formación leñosa tiene su propio marco normativo en la legislación ambiental, que lo describe como “Bosque Protector”, al estar en las inmediaciones de la laguna. Se trata de dos cuestiones no menores, tal cual lo demuestra la reacción espontánea de la población de San Miguel del Monte, que así lo entendió,  al ser testigos del escenario criminal con un grupo de operarios derribando con sus escandalosas motosierras, las osamentas imponentes de árboles añosos, como si estuvieran borrando sus vivencias e historias con el lugar, de un plumazo. No pudieron ser indiferentes.

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Sin demoras, un grupo de vecinos y vecinas autoconvocadas, el miércoles 21 de Agosto de 2024, concurrió al municipio para solicitar explicaciones, exigiendo las entregas de los papeles que justifiquen ese proceder descabellado, además, advirtiendo a las autoridades que el proyecto no había sido sometido a una instancia de participación ciudadana.  

La Sub-secretaria de Ambiente municipal para salir del paso y tranquilizar a la ofuscada vecindad auto-convocada alegó que había autorización del Municipio. Prometió entregar los documentos respaldatorios. También aseguró  que la tala de los árboles se iba a detener. O sea algo no estaba bien entonces.   

Sin embargo, las actividades de tala continuaron los días siguientes y tampoco fue suministrada la información prometida por parte del Municipio, generando indignación y preocupación en los vecinos y vecinas que rápidamente convocaron a una movilización vecinal el sábado 24 de Agosto de 2024, que concluyó con una asamblea en el mismo lugar de los hechos. 

 

"Corro por la laguna o camino con amigos por ella, al pasar me llamó la atención como estaban talando los árboles y luego supe por los medios, de la concesión. Los árboles son parte de la identidad de la laguna."

Juan Beltrame vecino

 

Ahí se decidió recurrir a la justicia, convocando a la ONG Naturaleza de Derechos, que ya interviene en otra  causa judicial por el acceso al agua potable en todo el Partido de Monte (acción en curso desde el año 2019 con una medida cautelar que obliga a la empresa prestadora (ABSA) a entregar agua potable a toda la población hasta tanto no se culmine de construir la planta potabilizadora – construida al 50 %,  al día de la fecha-).

En simultáneo al momento en que se interponía la acción judicial, el martes 27 de Agosto de 2024 a la tarde, el Municipio hizo entrega a los vecinos y vecinas de la documentación prometida, que confirmó sus sospechas: las propias autoridades con la anuencia de la cartera ambiental municipal autorizaron la tala indiscriminada de los Eucaliptus, sin importar su estado de salud. Y algo peor, el proyecto carece de una evaluación de impacto ambiental.

En las constancias administrativas, las autoridades municipales reconocen que por la envergadura y el lugar donde se implementa el proyecto (a metros de un bien ambiental relevante como es la Laguna Municipal)  se trata de una intervención en el espacio público verde de “gran impacto climático, ambiental y visual a su vez modifica el ecosistema de la flora y fauna autóctona del sitio a modificar”. No se equivocan. Se trata de la deforestación del 32  % de ejemplares de Eucaliptus existentes. Aun así, el Municipio no le exigió a la empresa agroindustrial, el cumplimiento de la normativa ambiental que prevé el procedimiento de evaluación de impacto ambiental con la inclusión de una instancia de participación ciudadana. Por el contrario, solapadamente se agregó por el propio Municipio, al expediente de la concesión, un informe mensual de todos los espacios verdes de Monte de la cartera ambiental municipal del año 2021 (o sea de hace 3 años atrás), en un vano intento de hacerlo valer como una evaluación ambiental, pero como bien se apunta en la demanda, ni siquiera puede ser tenido como un trabajo práctico del nivel medio de educación, más allá de su ostensible anacronismo.

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Las constancias del expediente administrativo de la Licitación del predio boscoso hablan por sí solas, no sólo del incumplimiento de la ley ambiental sino del falseamiento de datos para beneficiar por donde se mire a la empresa adjudicataria. “El proyecto de obra implica la remoción de algunos árboles ejemplares vivos. Lo cual tiene un impacto ambiental, climático y en los ecosistemas de flora y fauna local, así como también de los vecinos. Para mitigar el impacto se propone una metodología de cálculo simplificada, en la que se considera no solo la cantidad erradicadas sino también la edad de las mismas, puesto que es un factor exponencial de los beneficios que la vegetación genera.” Reza el expediente.  

Ese cálculo de compensación propuesto fue fraguado por el propio Municipio que considera 20 años la edad promedio de los árboles a extraer. Los testimonios de los vecinos y vecinas son coincidentes  en referir  que dichos eucaliptus cuentan con 60 a 100 años de antigüedad, aproximadamente.  Para que se cumpla el promedio de 20 años, algunos ejemplares deberían computarse como “semillas de Eucaliptus recién plantadas”.

  

"Me opongo totalmente a la tala de los árboles, ya que ellos forman parte de nuestra ribera, a su vez, se daña y destruye el hábitat de aves y animales que han vivido durante muchos años ahí. Calculo que tienen más de sesenta años."

Sandra Luzzi, vecina

 

Se trata de una falsedad que tiene como ardid beneficiar a la familia adjudicataria en su obligación de reforestación. Pues en base a la fórmula de recomposición que contiene el pliego, si se considerara realmente el promedio de 70 años que tienen los 64 árboles involucrados en el proyecto, la reforestación debería comprender como mínimo 1.120 ejemplares y no 256 como se consigna en el contrato, con el dato falso de 20 años promedio. 

Como se observa, no bastó la autorización del Municipio al sacrilegio del lugar, avalando la tala de árboles añosos que forman parte del acervo natural y cultural de San Miguel del Monte, sino que también se recurrió a la “viveza criolla” de dibujar burdamente un dato para disminuir la carga de la reforestación a cargo de la firma concesionaria. Cabe a preguntarse ¿a cambio de qué semejante beneficio?.

Otro aspecto que indigna a los monteses, por lo sugestivo,  es que la vivienda de gran porte de los titulares de la concesión se encuentra justo al frente del espacio verde costero concesionado. Casualidad o causalidad, el lugar preciso de concentración del arrasamiento forestal que se llevó la vida de casi una veintena de Eucaliptus, le entrega ahora al opulento living de la familia del agronegocio, una vista excepcional de la laguna.

El cordón de árboles añosos de varias décadas forma parte del acervo natural, cultural e histórico de San Miguel del Monte que hace a la identidad cultural e histórica de sus habitantes que se relaciona con un bien biocultural como es la Laguna del pueblo y toda su biodiversidad colindante.  Esos árboles integran junto a la Laguna un ecosistema que conforma un refugio y corredor biológico en el que interactúan centenares de especies de la fauna de la región. 

La movilización vecinal fue tan importante que las propias autoridades municipales, aun antes de tomar conocimiento del inicio de la demanda judicial ambiental, anunciaron que la tala estaba suspendida. 

Quedaban a salvo más de 40 ejemplares de Eucaliptus, gracias a la reacción espontánea e inmediata de la población. Un triunfo popular de la movilización, que obviamente no se quedó ahí. Las palabras se las lleva el tiempo, como las motosierras se llevaron a casi una veintena de Eucaliptus. Por eso los vecinos y vecinas insistieron en requerir la intervención de la justicia, ya que no solo reclaman el cese de la tala sino también la suspensión del proyecto en su integralidad en razón  que se violaron todas las leyes ambientales. 

Se destaca que con la demanda se acompañaron los testimonios de casi 60 personas que ofrecieron su información sumaria a la justicia. 

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La titular del Juzgado Contencioso Administrativo Nro. 4 de la Ciudad de La Plata, Dra. Ventura recepcionó favorablemente, el Jueves 5 de Setiembre de 2024, el reclamo judicial, haciendo lugar a la medida cautelar por la que se ordena judicialmente a la familia del agronegocio Gherardi y al Municipio, el cese inmediato de la tala de árboles. No se puede tocar un árbol más ni siquiera sus ramas. Se trata de un patrimonio natural e histórico de la comunidad que los Gerhardi destruyeron en parte, sin piedad, gobernados por la irracionalidad. Todo ello, hay que decirlo, con la anuencia municipal, tanto del Ejecutivo como de todos los componentes del Concejo Deliberante, sin excepciones.

La Magistrada le imprimió a la causa un trámite de amparo colectivo ordenando a las demandadas a contestar el reclamo de los vecinos y vecinas de Monte en el plazo de 5 días, cuyo objetivo es la suspensión total del proyecto. 

En la demanda también se advierte que la concesión lleva encubierta la autorización municipal de un aprovechamiento forestal de los 64 ejemplares de Eucaliptus, al permitirse, por omisión de especificación en el pliego de licitación por el Ejecutivo (y que el Concejo Deliberante por unanimidad avaló), que la adjudicataria saque un cuantioso provecho económico de la leña resultante de la tala, que representa casi 20 millones de pesos, al valor mercado actual de la leña. Ni lerda ni perezosa, la familia Gerhardi, según los testimonios de vecinos y vecinas, ya habría sacado un jugoso provecho, pues las toneladas de leña de la casi veintena de árboles masacrados con un valor que rondarían los 5 a 6 millones de pesos aproximadamente, fueron retiradas – casi desesperadamente – con el fin de materializar esos montos, en un acto impune de avaricia. 

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“Talaron eucaliptus de nuestro patrimonio. Se le dio la concesión del predio a un único licitante, el cual necesito talar sin tener en cuenta el buen estado de los árboles, solo siguiendo el criterio: “estorban para realizar mi proyecto”. Estamos impactados por el accionar del licitante y del municipio, que hace oídos sordos a nuestro pedido de cese a la continuidad de esta masacre.” 

 Francisco Garbarán, vecino.

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La familia Gerhardi deberá acreditar ante la justicia que hizo con la leña de los árboles derribados, pues es un patrimonio económico del erario público que deberá devolver, aun cuando  la haya comercializado, debiendo exhibir, en ese caso, la documentación tributaria correspondiente, con el riesgo de  enfrentar una denuncia penal si no lo hace, por presunta  evasión fiscal.

La defensa visceral de la población de Monte de un conjunto de árboles que forman parte del acervo paisajístico del pueblo, no refiere a un caso de menor cuantía, todo lo contario, pone sobre la mesa de análisis de los conflictos socioambientales, la importancia del poder que tiene la sociedad civil en su capacidad de acción y reacción espontánea ante los avasallamientos siempre frecuentes sobre los bienes ambientales o bioculturales por parte de las autoridades públicas, desconociendo todo el abanico normativo legal ambiental y los derechos de incidencia colectiva en juego.  

También muestra lo relevante que resulta ese poder popular cuando entra en funcionamiento haciendo valer las herramientas de incidencia e intervención política ciudadana y comunitaria, como lo son la interpelación formal, por un lado, ante los poderes (con presentaciones administrativas urgentes ante el ejecutivo y deliberativo municipal, y la acción judicial expedita ante los tribunales) y, por el otro, la material (cuerpo a cuerpo, cara a cara entre los vecinos y vecinas y funcionarios públicos) para poner las cosas en su lugar y frenar con hidalguía un atropello no solo a sus derechos sino también  - como se recalca en la presentación judicial - el de las generaciones futuras montenses a gozar de los beneficios de la biodiversidad que incluye a esos árboles  dignamente defendidos por la sociedad auto-organizada, lamentablemente con la consabida crisis crónica de la representación política e institucional de Monte, una vez más, enajenada de cumplir con su principal objetivo de defender celosa, rigurosa y debidamente el bien común de toda la comunidad.

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